lunes, 24 de agosto de 2009

¿Que pasaría si todos pensaran en lo positivo?

A la gente le encanta fijarse en todas las cosas negativas de cada situación. Pero que tal si todos nosotros cambiamos nuestras actitudes a buscar lo positivo.
Yo tuve la oportunidad de ser testigo de un ejemplo en mi propio barrio de lo que estoy describiendo, lo peor de lo peor: un restaurante nuevo al lado de nuestro departamento. Para mí, una extranjera que no se complica la vida, fue un gran shock la reacción de la gente que vive alrededor de mí. De repente, todas las personas buena onda, muy amables, tranquilas, respetosas, y generosas cambiaron al Hulk, gritando, peleando, luchando con ese restaurante insensible.

¿Entonces, que tipo de restaurante tan terrible afecta a toda la gente? ¿Un strip club? ¿Un Hooters? No. Es un restaurante para divertirse, relajarse y liberarse del estrés diario en la manera de armar rompecabezas, juegos de mesa u otros juegos de niños, tomar café y chatear con amigos, y comer pizza mientras miras el partido de Chivas contra Cruz Azul.

Me fascinó esa reacción y empecé a escuchar los comentarios de ellos. “Ay, ¿que es ese ruido tan fuerte afuera de mi ventana? ¡Que bárbaro!” dijo mi vecina. (La verdad es que si, ahora hay un zumbido afuera de nuestros cuartos.) Dos días después de ese comentario me di cuenta de que mi secadora hace ruido más fuerte que ese zumbido.

“Ay, que pasó con esos gueyes del valet. No manches, ahora están cobrando a toda la gente para estacionarse.” Pues si. Exactamente igual que antes cuando había otra restaurante en su lugar. También lo noté con el hombre de valet anterior que cuando mi novio les dijo que vive aquí y necesitaba un espacio, ese hombre siempre guardaba un espacio para el. Pero protestar es más divertido que pensar.

“Ay, pinches cabrones, pusieron luces por todos lados! Va a brillar todo nuestro edificio!” En realidad, no. Son luces muy suaves. La única bronca es la electricidad y que no guardan la energía. Pero por otra parte, ahora cuando tengo que dar direcciones a mi casa, tengo un punto de referencia bien conocido. Y tambien es mas segura en la calle afuera del departamento. Cuando vives en Mexico DF eso es muy importante, y ahora tenemos luz permanente.

Así intento ver las cosas de positivas. Ahora cuando quiera organizar un juego de mesa con mis amigos, lo tengo a un lado. Para mis vecinos que no tienen internet, ellos pueden usarlo todos los días por solo el costo de un café cada semana o tal vez cada mes. Si quiero hacer sexo muy ruidoso con mi noviecito, ahora mis vecinos no pueden escuchar por el sonido de la maquina de afuera.

Queremos la enchilada completa y más. Queremos tener el departamento al lado del parque, sin ruido, sin multitud, sin pagar por estacionarse mientras vivimos en un país atormentado de todas formas de pobreza que tú y yo no podemos imaginar. Un país lleno de infartos por el estrés. Y todo eso en el año de crisis e influenza porcina. ¿Por qué no podemos compartir nuestra rebanada de cielo con los demás?
Déjenlos divertirse también. Déjenlos relajarse como nosotros. Y sean más compasivos, humanos, maduros y busquen lo positivo en todo. Te reto a hacerlo.

Como la niña alemana de solo 10 años Anne Frank escribió de su mundo en secreto, “Tenemos suerte por nuestra situación porque hay gente que tiene mucho menos.”

martes, 18 de agosto de 2009

Uno. El experimento

Tengo que entender como es estar del otro lado. Llevo tres viernes dejando mi auto, quitándoles un lugar por el cuál no podrán cobrar. El viernes es un día perfecto, es cuando más demanda por lugares tienen y más problemas viales hay.

Temprano salgo de la casa y el “viene viene”, que ahora llamaremos “papá” se acerca para resguardar el lugar que piensa dejare vacío. Error, me dirijo al taxi, primero camino por el parque, tomo aire y después de un par de minutos llego al sitio de taxis, donde inmediatamente me abren la puerta y me acomodo en el asiento trasero. Es una delicia, el chofer me pregunta mi destino y me propone dos diferentes caminos, selecciono uno y ahí vamos entre el tráfico, yo voy leyendo mi revista mientras el taxista va estresando a conductores como yo, solo que ahora y solo por un día tengo otro rol.

Llego a mi trabajo diez minutos antes, sonrió al llegar, llevo mi revista leída en buena parte y con algunas notas. No podría ser mejor. horas después… Salgo del trabajo, me dirijo a la esquina para tomar el pecero, lo cuál es todo un deporte extremo, en esa zona cruzan cuatro avenidas y la demanda por un lugar dentro del microbús es mucha.

Ya en el pecero y después de haber pagado mis 3 pesitos, escucho todo tipo de conversaciones, el chofer hace gala de su impunidad y cruza de carril a carril sin ningún reparo, es como un juego de video, además parece que lo disfruta, aunque si observamos bien, sus únicos enemigos son los otros peceros que tienen el mismo nivel de poder que ellos. Una vez ya en el metro, me faltan por caminar diez cuadras hasta mi casa. En el camino me encuentro con un viene viene, que sufre buscando llenar su cubeta en el grifo de un vecino, mientras tanto, al intentar cruzar la calle, los carros se abalanzan sobre mi, como si buscaran marcar puntos en un juego de video. No es la mejor experiencia ser peaton.

Al llegar a mi casa, veo que en el edificio de a un lado estan remodelando para abrir un restaurante, no pinta bien, parece que ahora el problema seran los valets parkings a un lado de mi casa.

Finalmente mis viernes me han dado mas calidad de vida, estoy relajado y mi estres ha disminuido considerablemente, los viene viene ya no son un problema.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Proyecto Viene Viene

Viene viene, ahí nomas lo molesto con 30 pesitos!!

Viene viene, ahí nomas lo molesto con 30 pesitos!! No lo podía creer, frente a mi casa, un franelero decidió cobrar por estacionarme, solo eso faltaba. Ese día regresaba de trabajar, recuerdo muy estresado y eso fue el inicio de una lucha constante, negociación diaria y una carga extra de hiel. Resulta que cuatro de ellos, (el papá, dos hijos y el tío) tomaron sus cubetas y comenzaron a cobrar por estacionarte en la calle. Mi frustración e impotencia comenzó a rebasarme cada día que regresaba de trabajar. Cada día era ir pensando en una nueva forma de abordarlos y nada funciono.

Comencé a buscar aliados, encontré información en internet acerca de una asociación de vecinos, pero no funciono, ellos están inmersos acusándose unos a otros y hablando de cuál partido político a perjudicado mas a la ciudad, esto no solucionaba nada. Seguí buscando y encontré notas y sitios, donde encontré consuelo cuando leí que existen muchas personas que sufren de este mal y que han llegado a extremos insospechables

Pensaba hacer un blog sobre “viene vienes” y manejar cifras, comentar experiencias, manifestarnos en las calles, turnarnos y hacerla de viene viene afuera de la casa de un delegado, pero esto ya lo han hecho y muy bien y yo sigo con mi problema, aquí van algunos links:

http://de10.com.mx/detalle1517.html
http://www.franeleros.com/
http://www.el-universal.com.mx/columnas/54911.html

Aquí comienza el experimento, he decidido no deteriorar mi calidad de vida y buscar alternativas